Buenos días blogueros,
El libro del que os hablo hoy es una novela de la escritora surcoreana Cho Nam-Joo. Se titula Kim Ji-Young, nacida en 1982 y se ha vuelto un referente para el movimiento feminista de Corea del Sur y otras partes de Asia. Si queréis saber por qué, seguid leyendo.
SINOPSIS de Kim Ji-Young, nacida en 1982
AUTORA de Kim Ji-Young, nacida en 1982
Cho Nam-Joo nació en Seúl en 1978. Se licenció en Sociología y ha trabajado durante diez años como guionista de televisión. Sus dos primeras novelas, Cuando escuchas con atención (2011) y Para Comaneci (2016), lograron la aclamación de la crítica y recibieron múltiples premios. Kim Ji-Young nacida en 1982, que se ha convertido en un fenómeno entre las lectoras y los lectores de Asia, es la primera que se traduce al español.
OPINIÓN de Kim Ji-Young, nacida en 1982
Alfaguara, del grupo editorial Penguin Random House, publicó en septiembre de 2019 la primera edición en español de la novela Kim Ji-Young, nacida en 1982. Su autora es la surcoreana Cho Nam-Joo y ha sido traducida al español por Joo Hasun.
Nos enfrentamos a una novela corta, compuesta por 157 páginas y escrita en tercera persona. Su autora, Cho Nam-Joo nos describe una sociedad completamente machista y desequilibrada en la que las mujeres tienen un puesto totalmente secundario en todas y cada una de las facetas de su vida. No es de extrañar puesto que conocemos de sobra el sistema de patriarcado que rige en Asia. El mismo que se puede encontrar en otras zonas del mundo pero en Asia con mucha más fuerza. Y ese sistema de patriarcado no permite a la mujer desarrollarse como quisiera.
A su lado, vi lo difícil que es vivir en este país siendo mujer, más si se tienen hijos. Pero es obvio que los hombres lo ignoran porque no son responsables del cuidado de estos.
Ya desde niños nos enseñan que los varones son los que tienen que trabajar, traer el dinero a casa, imponer las normas a seguir y dar seguridad a su familia. En cambio, las mujeres son las que van a cuidar de su casa, de su familia (descendientes y ascendientes) y obedecer a sus maridos de forma sumisa. Seremos testigos de cómo los varones tienen prioridad sobre todo lo mundano: a la hora de servirse la comida, a la hora de escoger y disponer de espacios, tienen mayor libertad a la hora de hablar y de hacer cosas, etc. Y no solo dentro de la vivienda sino también fuera. Por ejemplo, observamos cómo el porcentaje de las personas que consiguen recomendaciones laborales para puestos de altos cargos en algún sector es desproporcionado entre el sexo masculino y el femenino.
Una vez superado el obstáculo de conseguir un empleo, nos encontramos además con la dificultad de intentar que sea estable. Es una odisea. Por el hecho de ser mujer nos tratan de forma diferente hasta el punto de creer que es de lo más normal e intentamos asumir ciertas cosas que los hombres por iniciativa propia nunca asumirían.
Pero esta actitud machista va más allá. Es duro ver y sufrir cómo en una entrevista tienen en cuenta si eres una mujer en edad de reproducción. A veces, consciente o inconscientemente, te niegan el puesto al que quieres optar. Y ni siquiera saben si quieres, puedes o si has pensado en tener una familia.
Ni siquiera yo sé si me casaré o si tendré hijos. O puede que me muera antes. ¿Por qué tengo que renunciar a lo que quiero ser o hacer por un futuro que no sé si llegará o no?
Una vez conseguido el trabajo la discriminación continúa. Imaginaos el caso de una mujer trabajadora que debe pedir permiso para hacer cosas asociadas al sexo femenino. Por ejemplo, faltar al trabajo para cuidar de un familiar mayor enfermo, para acudir a las revisiones por embarazo o incluso solicitar una baja por enfermedad. Los compañeros de trabajo lo percibirán como unas vacaciones porque se nos conceden muchos permisos "solamente por estar embarazada". La presión es tan grande que algunas prefieren dejar su trabajo para hacerse cargo de su núcleo familiar. Esta situación conlleva pérdida de autoestima por tener que dejar un trabajo remunerado que nos gusta hacer y que nos hace sentir útiles, valoradas e independientes para, en cambio, dedicarnos a las tareas del hogar. Desde mi punto de vista no hay nada más ingrato.
Desde que había asumido el papel de ama de casa, Kim Ji-Young pensaba que la actitud de la gente hacía el cuidado del hogar era un tanto ambivalente. Unas veces lo infravaloraban y acusaban a las amas de casa de quedarse en casa sin hacer nada productivo, y otras, en cambio, lo alababan y lo describían como un trabajo que salvavidas, si bien seguían siendo reacios a cuantificarlo en dinero para que nadie tuviera que pagar su precio.
Además, nos hierve la sangre al comprobar que los hombres, por el simple hecho de ser hombres, tienen de entrada un sueldo mayor que el de una mujer, independientemente de la empresa en la que se encuentre y del trabajo que realice.
Kim Ji-Yong, nacida en 1982 es una novela de Cho Nam-Joo contada de forma amena, que hace referencia a varios estudios asiáticos sobre la empleabilidad entre hombres y mujeres, sobre la demografía, sobre el número de personas que logran ser altos cargos en empresas o en consejos estudiantiles, etc., y nos muestra cómo a pesar de que las cosas han cambiado no lo han hecho aún lo suficiente para que las mujeres y los hombres puedan tener las mismas oportunidades, para que no sea siempre la mujer la que tenga que renunciar a todo por el cuidado de la familia, para que no esté mal visto que un hombre, si lo quiere, pueda renunciar también a su trabajo y ser la mujer la que continúe con su vida laboral.
- La jornada laboral es corta. Dispones de vacaciones. Es fácil solicitar bajas. No hay mejor trabajo que ese para una mujer que tiene que cuidar de sus hijos..
- Ciertamente, es el trabajo perfecto para compatibilizar con el cuidado de los hijos. Entonces, es un buen trabajo para todos, no solo para la mujer, ¿no? ¿Acaso los hijos los tienen solo la mujer? Mamá, ¿vas a decirle lo mismo a tu hijo?
En estas sociedades la mujer aún lo tiene más difícil. Una novela interesante. Tomo nota.
ResponderEliminarBesotes!!!